Pensando en Laura, y en todas las marcianas que habitamos este planeta al que a veces le cuesta tanto comprendernos. Algo de aire.
A propósito de los Amigos, amores, amantes y amados .Una nota escrita hace dos años y que me apetece rescatar.......
A propósito de los Amigos, amores, amantes y amados .Una nota escrita hace dos años y que me apetece rescatar.......
Viernes, 8 de Enero de 2010
Mafy es una marciana como las demás, y al igual que las demás marcianas tiene la curiosa costumbre de conservarlo todo, todo, todo… guardándolo en cajitas.
Tiene muchas, ni siquiera ella sabría contar cuantas son. Cada momento de su vida tiene destinada una caja especial. Algunas son grandes, otras pequeñas, las hay de colores, grises, opacas, o tan transparentes que es fácil curiosear su contenido, duras como el granito o frágiles como el cristal. Pero todas son valiosas…
También, al igual que el resto de las marcianas, sus cajas tienen un orden particular. No cualquiera podría encontrar la caja deseada…a veces ni ella misma es consciente de donde las tiene. A veces las encuentra cuando las busca, otras no es capaz de dar con alguna por mucho que revuelva y otras aparecen en primera fila como por arte de magia.
Las cajas se van llenando solas, se autoalimentan de una variedad increíble de cosas: recuerdos, canciones, imágenes, palabras, frases, conversaciones enteras, miradas, momentos, sonidos, olores, sensaciones, lágrimas, sonrisas, emociones…
De vez en cuando le gusta abrir cajitas que llevan cerradas mucho tiempo y que tienen una etiqueta sugerente, y se encuentra que la mitad de su contenido se ha convertido en polvo…pero no las tira, a veces ese contenido resurge de las cenizas como un ave fénix cualquiera.
Hay cajas que ella elige, monta y etiqueta de manera consciente. Cajas que pone en sitios preferentes para que nunca se pierdan. Cajas que guardan cosas que seguro que siempre van a ser muy importantes. Existen las cajas-de-a-diario, no demasiado emocionantes pero necesarias. Cajas que fueron preciosas pero que perdieron su esplendor con el paso del tiempo...
Existen cajas que no consigue recordar cuando aparecieron, que tienen una etiqueta poco clara pero que al abrirlas contienen verdaderos tesoros. Entonces coloca esas cajitas en lugares importantes para poder seguir alimentándolas. Y las cuida, controla que no se caigan y se rompan, las abre muchas veces para jugar con el puzzle de su contenido y crear historias estupendas con la que soñar momentos irreales. Selecciona el contenido de estas cajitas para llenarlas de todo lo que necesita para completar los puzzles que ella imagina…coge una frase de aquí, un sonido de allá, una mirada de aquel día, dos palabras bien medidas, tres momentos de presencia, una canción escogida, un roce que nunca sucedió pero que imagino…y ya tiene contenido suficiente para el sueño de hoy.
Ah, también existen cajas arrojadizas. Son esas cajas que se abren en los momentos necesarios para vomitarlas sobre la persona o la situación que se lo merece… y es verdad que a veces tienen cargas realmente pesadas, de profundidad.
Los terrícolas dicen que no entienden este orden, que es demasiado complejo. Lo que pasa es, que en su despiste, no saben que si abren esa puerta que tienen por algún lado y que no siempre saben localizar, encontrarán su maravillosa colección de cajitas terrícolas que, como todas las cajitas, se autoalimentan de lo que van echando al cajón grande…
Saludos Planeta Tierra!!!
Nos pasamos la vida ordenando cajitas. Hoy, doblo cuidadosamente recuerdos para guardarlos y subir una caja al maletero. Nunca las tiro. No se tirar. Seré un síndrome de Diógenes ??
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