domingo, 6 de noviembre de 2011

Amigos, amores, amantes y amados.

Cincuenta años dan para mucho y mis recuerdos empiezan muy pronto.....


Por eso me planteaba urgar en las cajitas de la memoria y rescatar aquellas, que aunque empolvadas, pueden guardar algo tierno, algo dulce, algo mágico, algo divertido. Intentaré no mover las dolorosas. Esas es mejor dejarlas quietas no vaya a ser que se abran y vuelvan a doler.


Cuando esta noche le hablaba de este título a mi hijo de catorce años, me ha mirado con cara rara.

-No es necesario que me digas qué es un amigo, pero....y un amor ?
-Los amores son los instalados en el recuerdo como okupas. Los primeros amores.Los que generan recuerdos tiernos -pero solo eso- Los imposibles. 
- Ya, y los amados ?
- Aquellos que queremos con el alma. Con los cinco sentidos. Aunque ya se sabe que las mujeres tenemos dos mas, el sentido común y el "sexto" sentido, en este caso no los utilizamos. Los tenemos abolidos para las cosas del amor.
-Pero....amantes mamá???
-Amante es el que ama apasionadamente a otro, sufre y se retuerce en ese amor, la mayoría de las veces no correspondido en la misma medida. Ser amante no está ligado irremediablemente a la infidelidad. No hablo de sexo, hijo.


Se le ha relajado la cara. Ha confesado que esto sonaba un poco raro viniendo de su madre. Estas cosas están en el saco con los Reyes Magos y el Ratón Perez. Y me he acordado del fragmento de "La Balada Del Café Triste" de Carson McCullers dedicado al amante y al amado. No se, igual cuando él termine el libro fantástico en el que está enfrascado se lo paso para que lo lea.



Voy a dejar que otros escriban por mi.  Lo hago con frecuencia, voy a ceder el teclado a una gran escritora. Podéis disfrutarlo, sufrirlo o simplemente no leerlo.





EL AMANTE Y EL AMADO
"…el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de que sea un a experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se de cuenta de eso, con mayor o menor claridad, en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible; tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.




Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. Se da por ejemplo el caso de un hombre que ya es abuelo que chochea, pero sigue enamorado de una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado; y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo mas mínimo por eso, La persona mas mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es solo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo el amor. 

Por esta razón, la mayoría preferimos amar que ser amados, y con razón: pues el amante está siempre queriendo desnudar a su amado. El amante fuerza la relación con el amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor.






Pdpz

6 comentarios:

  1. Hay Pilar... que me has dejado con poco aire al leerte. Me encanto y me entristeció un poco...pero es muy real, sufrimos muchos los amantes...

    Laura de Neuquen.-

    ResponderEliminar
  2. No entristezcas Laura....te prometo alguna entrada que de aire en vez de quitarlo :)))

    ResponderEliminar
  3. Lamento los acentos. Steve no dejo previsto esto en sus ingenios.
    Dice Proust que el amor es subjetivo. Que amamos, no a seres reales,msino a seres que nosotros mismos inventamos. No puedo estar mas deacuerdo.
    Mi poeta favorito lo expreso asi:
    Yo se que xisto
    Porque tu me imaginas.
    Soy alto porque tu me crees
    Alto, y limpio porque tu me miras
    Con buenos ojos,
    Con mirada limpia.
    Tu pensamiento me hace
    Inteligente, y en tu sencilla
    Ternura, yo soy tambien sencillo
    Y bondadoso.
    Pero si tu me olvidas
    Quedare muerto sin que nadie
    Lo sepa. Veran viva
    Mi carne, pero sera otro hombre
    -oscuro, torpe, malo- el que la habita....

    Angel Gonazalez
    Muerte en el olvido.

    ResponderEliminar
  4. Muchos genes compartimos me parece.....

    Te la cambio por esta, del mismo "angel".....que de vez en cuanado la canta otro que también nos gusta a los dos.

    "Mientras tú existas,
    mientras mi mirada
    te busque más allá de las colinas,
    mientras nada
    me llene el corazón,
    si no es tu imagen, y haya
    una remota posibilidad de que estés viva
    en algún sitio, iluminada
    por una luz—cualquiera...
    Mientras
    yo presienta que eres y te llamas
    así, con ese nombre tuyo
    tan pequeño,
    seguiré como ahora, amada
    mía,
    transido de distancia,
    bajo ese amor que crece y no se muere,
    bajo ese amor que sigue y nunca acaba."

    Ángel González
    Áspero Mundo.

    ResponderEliminar
  5. No lo cambio, me lo quedo.
    Te doy uno:
    Besas como si fueras a comerme.
    Besas besos de mar, a dentelladas.
    Las manos en mis sienes y abismadas
    Nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme,
    Me declaro vencido, sin vencerme
    Es ver en ti mis manos maniatadas.
    Besas besos de Dios. A bocanadas
    Bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,
    Tirad de mi raiz, subes mi muerte
    A flor de labio. Y luego, mimadora,
    Las brizas y las rozas con tu beso.
    Oh Dios, oh Dios, oh Dios, si para verte
    Bastara un beso, un beso que se llora
    Despues, poque, ¡Oh, por que!, no basta eso.

    Blas de Otero
    Un relampago apenas

    ResponderEliminar