miércoles, 21 de noviembre de 2012

Desnuda frente al espejo



Tantas vidas. 
Tantas ellas. 
Tantas caras.

Atrévete, mírate al espejo. 
Todas están ahí.
Quítate el vestido de conejito blanco. 

"llego tarde, llego tarde"



Es muy tarde. Se ha entretenido en el trabajo. El día se termina aunque ella se empeñe en no agotarlo. Sube las escaleras despacio, casi sin pisar, para no despertarlos. Es sábado y no tienen colegio.
Ya frente al espejo se quita el vestido. Lo saca despacio por arriba para no desabrochar 13 botones. Busca su cara y encuentra la imagen que él le devuelve. Cansada y con grandes surcos que ella siempre justifica:
-“estos son de reír mucho”.
Ya no ríe tanto... sonríe de vez en cuando. Esta es ella. A menudo durante el día olvida su imagen y solo conserva en las retinas la gravada de hace muchos años. El tiempo ha pasado, pero últimamente no se ha portado mal. Vuelven las curvas escondidas después de algunos años en los que su vientre albergó tres vidas. Pechos pequeños con el recuerdo de las bocas a las que dio sosiego. Algo de curva en la cintura otrora perdida y hoy recuperada. Ombligo redondo en un vientre antes plano, casi hundido, y hoy con algún pequeño recuerdo de hinchazones desmesuradas. Pero con una piel lisa ajena al paso del tiempo. 
El espejo, no regala más.
Entonces recuerda, e imagina unas manos abrazando los hombros, paladeando la piel de su espalda y bajando hasta pararse en la cintura y apoyarse en la cadera. Atrayéndola al abrazo abrazo, recorriendo la piel sus muslos.




Abre el agua de la ducha. Está fría. La deja correr mientras sigue reconociéndose. Ya no se mira a la cara, pero de reojo ve el asomo de la sonrisa que genera el recuerdo evocado. Manos nunca sentidas, más que en manos. Abrazo intenso soñado y deseado. Piel con piel. El roce suave del bello de sus brazos. 
Quiere sentir sus labios en el cuello y levanta el pelo para ofrecer su espalda...y siente unos dedos que la recorren suave hasta casi agotarla. Agua cálida.
La ducha es como el amante. Recorre todos los rincones de su cuerpo pero con la amargura de saber que en algún momento tiene que terminar.

Pdpz 


Rescatado del cajón de la memoria. Cualquier parecido con realidades imaginadas es pura imaginación.


"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Canción de Lluvia

Le gustaban los días de lluvia. Le proporcionaban la excusa perfecta para quemar las horas, sentado en la mesa del bar, al mismo ritmo que se quemaba el papel de sus cigarrillos en casa. Se había convertido en un ritual. 
Sin abrir siquiera los ojos, cuando escuchaba la lluvia golpeando los cristales, o el sonido de los coches al pasar sobre los charcos, la sonrisa se dibujaba en su cara. Se levantaba entonces pesadamente de la cama y se enfundaba sus eternos vaqueros. Calcetines negros, limpios, ordenadamente doblados y guardados en el cajón de la mesilla. Camisa de cuadros pequeños. Una de tantas similares, colgada junto a sus hermanas en el armario. Una visita rápida al cuarto de baño. La chaqueta de cuero negro y a la calle.

No desayunaba en casa. Disfrutaba del placer del primer sabor al calor del bar. Un café expreso con leche bien caliente y una pequeña galletita de canela.
La taza a la izquierda. El periódico desplegado encima de la mesa. Era una excusa. Sobre él colocaba  casi de manera religiosa todos los archiperres que sacaba de los bolsillos de la chaqueta: la caja de filtros, el librillo, la bolsa de tabaco cuidadosamente plegada y el pequeño artefacto para liar los cigarros, una pequeña cajita dorada que alguien un día le regaló.
Así pasaban los minutos. Un cigarro tras otro. Y las horas. Una caja metálica llena de perfectos cigarrillos todos iguales. De vez en cuando levantaba la cabeza para ver, sin oír ni entender, lo que la rubia estupenda de la pantalla se esforzaba en contarle.
-Mira que son guapas todas. ¿Las harán en serie? -pensaba-
Sin embargo, a la pantalla donde realmente le arrastraban sus ojos, cada seis "tacks" del sonido del reloj colgado sobre el mostrador, era a la cristalera que tenía a su derecha. Esperaba, siempre esperaba. Hasta que puntualmente, a las once y cinco, el paraguas rojo pasaba por delante. Su corazón se aceleraba y su memoria le transportaba. Ella ya no era la misma. Las gotas de lluvia del cristal no conseguían difuminar la tristeza de su cara. Pero para él siempre existía una sonrisa en el recuerdo que le iluminaba el resto del día.
Pdpz




"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"

jueves, 8 de noviembre de 2012

Por si acaso


Se despertó con un rayo de sol que se coló por su ventana sin pedir permiso. 
Primero nada. Pesadez en los párpados y vacío en la cabeza. Sensación de un sueño agradable que le arrancó una sonrisa. 
Luego él. Volvió a aparecer en su imaginario como todas las mañanas. Se lo llevó a la ducha y la acompañó mientras se ponía las medias, el vestido y las botas. Desayunaron juntos un café rápido y dos galletas. 
Rebuscó con ella las llaves en los mil bolsillos de la gabardina y salieron de casa.

Miró la puerta cerrada, dio una vuelta sobre si misma en el descansillo y si, estaba sola. 
Sabía que hacía sol. Pero llevaba de la mano su paraguas rojo y lo abrió mientras bajaba las escaleras. Por si acaso los recuerdos que dejaba en casa se le caían encima. Solo por si acaso. 
Pdpz





"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"

miércoles, 7 de noviembre de 2012

"Me acuso de quererte"


 Me acuso de quererte.
Perdóname este amor, amor.
Amor es lo que mata y resucita a uno.
Sé mucho, estoy de vuelta,
he decidido seguir en la batalla,
mi arma es el amor
tú mi enemigo.
Nos han dejado solos frente a labio,
frente a frente:
tu dependes de mí
yo de tus armas
¡tíralas!
aligera hacia mí,
abre los brazos,
acércate sin miedo,
te lo juro que no quiero dejarte
malherido.
Dame un abrazo.
No dejes de abrazarme hasta que nunca...
mi arma es el amor y quiero
clavármela en el pecho al abrazarnos.
Gloria Fuertes



"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"

viernes, 2 de noviembre de 2012

"Un Relámpago Apenas"



Besas como si fueras a comerme.
Besas besos de mar, a dentelladas.
Las manos en mis sienes y abismadas
nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme,


me declaro vencido, si vencerme
es ver en ti mis manos maniatadas.
Besas besos de Dios. A bocanadas
bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,

tiras mi raíz, subes mi muerte
a flor de labio. Y luego, mimadora,
la brizas y la rozas con tu beso.

Oh Dios, oh Dios, oh Dios, si para verte
bastara un beso, un beso que se llora
después, porque, ¡oh, por qué!, no basta eso.

Blas de Otero



"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"