miércoles, 30 de enero de 2013

Albedrío



Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

Jorge Luis Borges

  • Que haces jugando al ajedrez a estas horas pequeña?
  • No, si no juego Umut. Solo muevo las piezas pensando lo torpe que he sido siempre con esta estrategia del demonio. Un desastre ! 
  • Como todo, pequeña, es cuestión de practicar. Jugar y perder. Volver a empezar. Volver a perder e ir anotando en tu atolondrada cabeza los errores...
  • Ya, pero no puedo. Me entusiasmo con un aquí y un ahora. Pienso que tengo todo controlado y ...zas !! aparece un alfil por una esquina y ...jaque! 
  • Venga, que yo te ayudo. Vamos a colocar las fichas.
  • No, déjalo. Hoy me gusta como están. De momento tengo a la Reina protegida. Si te parece echamos una a las damas, en eso soy una fiera.
  • Si lo que quieres es mover fichas con un dedo podemos sacar el parchís. Tiene mas colores.
  • Uffff no me gusta nada. Que tal un mus? Los órdagos y los faroles se me dan de miedo.
  • Y qué tal si te retiras a tus aposentos y yo me quedo leyendo a Borges?
  • Sea pues. Ya veo que hoy no te atreves conmigo querida. Te espero en los sueños.
  • Anda tira. Tiraaaaaa !!!!







"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"

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