Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?
Jorge Luis Borges
- Que haces jugando al ajedrez a estas horas pequeña?
- No, si no juego Umut. Solo muevo las piezas pensando lo torpe que he sido siempre con esta estrategia del demonio. Un desastre !
- Como todo, pequeña, es cuestión de practicar. Jugar y perder. Volver a empezar. Volver a perder e ir anotando en tu atolondrada cabeza los errores...
- Ya, pero no puedo. Me entusiasmo con un aquí y un ahora. Pienso que tengo todo controlado y ...zas !! aparece un alfil por una esquina y ...jaque!
- Venga, que yo te ayudo. Vamos a colocar las fichas.
- No, déjalo. Hoy me gusta como están. De momento tengo a la Reina protegida. Si te parece echamos una a las damas, en eso soy una fiera.
- Si lo que quieres es mover fichas con un dedo podemos sacar el parchís. Tiene mas colores.
- Uffff no me gusta nada. Que tal un mus? Los órdagos y los faroles se me dan de miedo.
- Y qué tal si te retiras a tus aposentos y yo me quedo leyendo a Borges?
- Sea pues. Ya veo que hoy no te atreves conmigo querida. Te espero en los sueños.
- Anda tira. Tiraaaaaa !!!!
"Escribimos como somos. Somos como vivimos. Vivimos como sentimos. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribas"