Momentos mágicos.
El centro de Orense es una retícula de calles que unen a su vez varias calles paralelas y paralelas a su vez al Miño. Todo son cuestas.
Muchas veces los cruces de esa retícula son placitas que invitan a pararse. Me he sentado en una a compartir un rato con mi amiga Estrella (de galicia, por supuesto).
Unas mujeres -turistas- pasaban lamentando las cuestas. Un joven, con apariencia de hombre del mundo y hogar en la calle, ha entablado conversación con ellas y les ha ofrecido un poema... han pasado de largo dedicándole alguna gracia.
Inevitable. La siguiente he sido yo. Ha preguntado muy educadamente y con una sonrisa, subiendo dos escalones:
- " ¿Buscando un momento de paz, no?"
- Eso intento (he contestado)
- Yo soy poeta. Soy de Vigo. Recito versos. Y a estas horas solo necesito completar el euro cincuenta que necesito para....
No le he entendido...ya andaba en mi cabeza enredada entre despedirle amablemente o....
- Siéntate. Recítame algo. Vamos a evitar la pelea.
Es dulce. Joven -más tarde me cuenta que tiene treintaypocos- pero con muchos signos de maltrato de la vida....
Se ha sentado nervioso. Ha sacado unos cuantos folios manuscritos de una carpeta de plástico.
- Me los se de memoria, pero..por no fallar, sabes?
- No importa. Recítame lo que quieras. Cualquiera me vale.
Me ha regalado el poema (prosa poética) mas dulce y mas bonito que he escuchado últimamente. Lleno de imágenes de mar, de amor, de cielo, de esperanza, de despertares...Sol amaneciendo, sal, velas de barcos, gaviotas, sonidos, el cuerpo de la amada a su lado aun dormida.... todo de memoria, solo miraba el papel de reojo alguna vez.
Le he dado lo que necesitaba. No ha querido más. Le había ofrecido una cerveza ("no, alcohol a estas horas no"...quizá lo suyo es algo más fuerte)
Se ha lamentado de la vida. De su suerte. De escribir las cosas que le pasan por la cabeza...
- creo que tengo momentos brillantes y los escribo. Y eso es un error.
- Noooooo. Escribe lo que sientas y no sientas por lo que escribes !!
Ha sacado un cuaderno -recogido de la basura de un colegio, me ha dicho- y lo ha anotado emocionado.
Me ha contado muchas cosas más.... pero esas se quedan aquí. En una plazuela de la retícula del casco viejo de Orense.